“HONDURAS BIO-DIVERSA 2019” representa para nuestro país, una nueva oportunidad para reflexionar, conocer y proponer acciones efectivas, sostenibles y con un enfoque de adaptación de la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas a los cambios globales que contribuyan a mejorar la conservación de su biodiversidad y a la reducción de la pobreza.
Se pretende abarcar de manera general los temas priorizados en la Estrategia Nacional de Biodiversidad, alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y a las prioridades establecidas en el Plan Estratégico de la Convención de Diversidad Biológica.
Desde este espacio, las instancias organizadoras; la Secretaría de Estado en los Despachos de Recursos Naturales y Ambiente (MiAmbiente+) a través de la Dirección de Biodiversidad (DiBio), La Mesa Nacional de Monitoreo Biológico de Honduras y El Observatorio Nacional de Cambio Climático para el Desarrollo Sostenible (ONCCDS), extienden la más cordial invitación a la academia, sociedad civil, cooperación internacional, investigadores nacionales e internacional, instancias de Gobierno, pueblos indígenas y afrodescendientes, empresa privada entre otras, para que en conjunto puedan buscar soluciones efectivas e innovadoras a los desafíos que implica la conservación de la biodiversidad: COMPROMISO DE TODOS.
BIO-DIVERSA, se deriva del latín que significa ¨Vida – diversidad¨. A través de este concepto se propone resaltar la majestuosidad y grandeza de Honduras en las diversas formas de vida (ecosistemas, especies, cultura viva, gastronomía, etc.). Condiciones privilegiadas por su posición geográfica y su riqueza cultural, lo que nos convierte en una nación única, auténtica, apreciable ante los ojos de un pueblo ávido de explorar, conocer más acerca de su biodiversidad, contribuir a su conservación incrementando así su calidad de vida y bienestar social.
A su vez hace referencia a la relación intrínseca existente entre la biodiversidad (a nivel de ecosistema y de especies) con el ser humano, específicamente en término de uso. De allí la importancia de llevar el conocimiento que se genera a la práctica, desarrollando modelos de producción efectivos, sostenibles y con un enfoque de adaptación de la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas a los cambios globales y que a la vez generen beneficios tangibles a la sociedad y a las comunidades locales, disminuyendo de esta manera las presiones sobre los ecosistemas, las cuales constituyen los grandes desafíos que Honduras tiene en materia de conservación y reducción de la pobreza.